En los meses últimos del año 2010, un joven escritor inicia a plasmar en
su libreta la historia que más adelante convertiría en su primer guión cinematográfico,
cual llevaría a la pantalla en forma de cortometraje. Sus expectativas eran
grandes, quería alcanzar el éxito en su joven carrera y lo único que veía en el
horizonte era su trabajo realizado.
Meses le tomó concluir la parte literaria de su opera prima y las posibilidades de filmar la película se hacían cada vez mas alcanzables, el dinero no era limitación, su única meta era realizar la obra que llevaría a un festival de cine celebrado el siguiente año.
Meses le tomó concluir la parte literaria de su opera prima y las posibilidades de filmar la película se hacían cada vez mas alcanzables, el dinero no era limitación, su única meta era realizar la obra que llevaría a un festival de cine celebrado el siguiente año.
Todo ocurría de manera orgánica y después de concluir
con toda la logística del proyecto se embarcó en la captura de los actores que encarnarían
los personajes de la trama. Todo cayó “como anillo al dedo” los aspirantes que
evaluamos dieron la talla pero dos de ellos se quedaron con los papeles
principales de la historia, cual relataría la vida de un sacerdote que no pudo
vencer las tentaciones y cedió a los deseos de la carne con una monja de su congregación.
Con esa temática tan fuerte se haría imposible
conseguir el templo que se necesitaba para rodar algunas escenas del
cortometraje, pero aun así, las ansias de triunfo impulsaron al joven director
a gestionar a todo costo una iglesia para filmar su película.
Después de varias llamadas y algunas manipulaciones,
no consiguió una, sino dos iglesias para filmar su película, el traje de la
monja lo confeccionó una modista esposa de un diacono y el sacerdote que prestó
el templo, también prestó el misario que utilizaba para oficiar la misa y le
facilitó las ostias, por cierto, sin consagrar para la escena de la comunión
Llegó el día del rodaje y todo salió según lo
planeado, todas las escenas se rodaron satisfactoriamente incluyendo aquella
donde el cura y la monja se entregaban a los deseos de la carne, pero sin dudas
que la más impactante fue la escena donde el padre y la monja asesinaban al párroco
de la iglesia y luego se suicidaban.
Todo salió según lo planeado y después de editar el cortometraje lo envió al referido festival
que tanto anhelaba ganar, sus esperanzas estaba n puestas en ese trabajo pero
la fortuna no le sonrió en el concurso, no conquistó el éxito que deseaba pero
si aprendió una gran lección, todo pasa en el momento justo.
Después de varios meses eliminó todas las copias del
material excepto una que atesora en su habitación y el video que había colgado
al internet lo borró para sentirse menos miserable por lo que hizo, no el
cortometraje, sino todas las patrañas que se inventó para manipular a todo
mundo y conseguir lo que quería, filmar su cortometraje seducción mortal.
Por Querlin C. Moronta
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